martes, 18 de agosto de 2015

Vacaciones "Km 0"

Había hace mucho, mucho tiempo, una tribu a la que llamaban la de los "hombres árbol". Aunque eran nómadas, no se alejaban demasiado del lugar donde nacían. Su vida consistía básicamente en descubrir cosas en su entorno más cercano, y constantemente se sorprendían con los mismos animales, las mismas plantas o los mismos lugares. Esto era así por que cada vez miraban como la primera vez. Pero cada día era diferente, y cada estación y cada año también. Constantemente descubrían especies nuevas, o parajes que habían cambiado. Sabían que nada era igual siempre, que el cambio constante era lo único permanente. Y por eso no sentían la necesidad de hacer grandes desplazamientos para conocer que había detrás de aquellas montañas que conocían tan bien y a la vez no dejaban de sorprenderles.

Pero un día llegaron los "deprisa-deprisa". Venían de muy lejos con grandes y ruidosos vehículos, y les dijeron que querían ser sus amigos. ¡Pero que tendrían que limpiar el bosque porque estaba muy enmarañado y no se podía pasar!

Extrañados por aquellas palabras, los hombres árbol les preguntaron: ¿A dónde queréis ir? ¿Y qué significa "limpiar el bosque"?

Los deprisa-deprisa no entendieron las preguntas, pero se dieron cuenta de que las mujeres árbol eran muy bonitas y dulces, así que les hicieron regalos y tuvieron hijos con ellas.

De esta manera fue como desaparecieron los hombres árbol. Aunque durante algún tiempo, se decía que había algunos en lo más espeso del bosque.

Pero no desaparecieron del todo, por que entre los descendientes de los deprisa-deprisa y las mujeres árbol, de vez en cuando nacía algún niño que hablaba con los animales y las plantas. ¡Los adultos, por supuesto, intentaban convencerlos de que eso eran bobadas! Pero entonces ellos se escapaban a jugar al bosque.

Gracias a eso, todavía queda en nosotros una parte de hombre o mujer árbol.

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